martes, 16 de mayo de 2017
lunes, 8 de mayo de 2017
ASPECTOS MORFOLOGICOS DEL HOMO SAPIENS
Bipedestación
Los Homínidos, primates bípedos, habrían surgido hace unos 6 ó 7 millones de años en África, cuando dicho continente se encontró afectado por una progresiva desecación que redujo las áreas de bosques y selvas. Como adaptación al bioma de sabana aparecieron primates capaces de caminar fácilmente de modo bípedo y mantenerse erguidos (East Side Story;[12] [13] ) . Más aún, en un medio cálido y con fuerte radiación ultravioleta e infrarroja una de las mejores soluciones adaptativas son la marcha bípeda y la progresiva reducción de la capa pilosa, esto evita el excesivo recalentamiento del cuerpo. Hace 150.000 años el norte de África volvió a sufrir una intensa desertización lo cual significó otra gran presión evolutiva como para que se fijaran los rasgos principales de la especie Homo sapiens.
Para lograr la postura y marcha erecta han tenido que aparecer importantes modificaciones:
* Cráneo. Para permitir la bipedestación, el foramen magnum (u orificio occipital por el cual la médula espinal pasa del cráneo a la raquis) se ha desplazado; mientras en los simios el foramen magnum se ubica en la parte posterior del cráneo, en el Homo sapiens (y en sus ancestros directos) el foramen magnun se ha "desplazado" casi hacia la base del mismo.
* Columna vertebral. La columna vertebral bastante rectilínea en los simios, en el Homo sapiens y en sus ancestros bípedos ha adquirido curvaturas que permiten soportar mejor el peso de la parte superior del cuerpo, tales curvaturas tienen un efecto "resorte". Por lo demás la columna vertebral ha podido erguirse casi 90º a la altura de la pelvis, si se compara con un chimpancé se nota que al carecer este primate de la curva lumbar, su cuerpo resulta empujado hacía adelante por el propio peso; en la raquis humana el centro de gravedad se ha desplazado, de modo que el centro de gravedad de todo el cuerpo se sitúa encima del soporte que constituyen los pies, al tener el Homo sapiens una cabeza relativamente grande el centro de gravedad corporal es bastante inestable (y hace que al intentar nadar, el humano tienda a hundirse "de cabeza")[cita requerida]. Otro detalle; las vértebras humanas son más circulares que las de los simios, esto les permite soportar mejor el peso vertical.
* Pelvis. La pelvis se ha debido ensanchar, lo cual ha sido fundamental en la evolución de nuestra especie. Los huesos ilíacos de la región pelviana en los Homo sapiens (e inmediatos antecesores) "giran" hacia el interior de la pelvis, esto le permite soportar mejor el peso de los órganos al estar en posición erecta. La citada modificación de la pelvis implica una disminución importante en la velocidad posible de la carrera por parte de los humanos. La bipedestación implica una posición de la pelvis, que hace que las crías nazcan "prematuras": en efecto, el parto humano es denominado ventral acodado ya que existe casi un ángulo recto entre la cavidad abdominal y la vagina que en el pubis de la mujer es casi frontal, si en todos los otros mamíferos el llamado canal de parto es muy breve, en cambio en las hembras de Homo sapiens es muy prolongado y sinuoso, esto hace dificultosos los alumbramientos. Como se verá más adelante, esto ha sido fundamental en la evolución de nuestra especie.
* Piernas. También para la bipedestación ha habido otros cambios morfológicos muy importantes y evidentes, particularmente en los miembros y articulaciones. Los miembros inferiores se han robustecido, el fémur humano se inclina hacia adentro, de modo que le posibilita la marcha sin necesidad de girar casi todo el cuerpo; la articulación de la rodilla se ha vuelto casi omnidireccional (esto es, puede moverse en diversas direcciones), aunque en los monos -por ejemplo el chimpancé- existe una mayor flexibilidad de la articulación de la rodilla, es para un mejor desplazamiento por las copas de los árboles, es así que el humano a diferencia de sus parientes más próximos no marcha con las rodillas dobladas.
* Pies. En los humanos los pies se han alargado, particularmente en el talón, reduciéndose algo los dedos del pie y dejando de ser oponible el "pulgar" del pie (el dedo mayor), en líneas generales el pie ha perdido casi totalmente la capacidad de aprehensión. Se sabe, en efecto, que el pie humano ha dejado de estar capacitado para aferrarse (cual si fuera una mano) a las ramas, pasando en cambio a tener una función importante en el soporte de todo el cuerpo. El dedo mayor del pie tiene una función vital para lograr el equilibrio de los homínidos durante la marcha y la postura erecta; en efecto, el pulgar del pie de un chimpancé es transversal, lo que permite al simio aferrarse más fácilmente de las ramas, en cambio el "pulgar" del pie humano, al estar alineado, facilita el equilibrio y el impulso hacia adelante al marchar o correr. Los huesos de los miembros inferiores son relativamente rectilíneos en comparación con los de otros primates.
Ventajas de la bipedestación
Es evidente que la gran cantidad de modificaciones anatómicas que condujeron del cuadrupedismo al bipedismo requirió una fuerte presión selectiva. Se ha discutido mucho sobre la ineficacia de la marcha bípeda comparada con la cuadrúpeda. También se ha criticado que ningún otro animal de los que se adaptaron a la sabana al final de Mioceno desarrolló una marcha bípeda. Hemos de tener en cuenta que partimos de homínidos con un tipo de desplazamiento cuadrúpedo que no es ninguna maravilla adaptativa; en efecto, el modo en que se desplazan los chimpancés, apoyando la segunda falange de los dedos de las manos no puede compararse a la marcha cuadrúpeda de ningún otro mamífero. Puede ser suficiente en trayectos cortos por el suelo, pero no es muy eficaz para grandes desplazamientos en terreno abierto. Los primeros homínidos de sabana probablemente se vieron obligados a desplazarse distancias considerables en campo abierto para alcanzar grupos de árboles situados a distancia. La marcha bípeda pudo ser muy eficaz en estas condiciones ya que:
* Permite otear el horizonte por encima de la vegetación herbácea en busca de árboles o depredadores.
* Permite transportar cosas (como comida, palos, piedras o crías) con las manos, liberadas de la función locomotora.
* Es más lenta que la marcha cuadrúpeda, pero es menos costosa energéticamente, lo que debería ser interesante para recorrer largas distancias en la sabana, o en un hábitat más pobre en recursos que la selva.
* Expone menos superficie al sol y permite aprovechar la brisa, lo que ayuda a no recalentar el cuerpo y ahorrar agua, cosa útil en un hábitat con escasez del líquido elemento.
Hace años se argumentó que la liberación de las manos por parte de los primeros homínidos bípedos les permitió elaborar armas de piedra para cazar, lo cual habría sido el principal motor de nuestra evolución. Hoy está claro que la liberación de las manos (que se produjo hace más de 4 millones de años) no está ligada a la fabricación de herramientas, que aconteció unos 2 millones de años después, y que los primeros homínidos no eran cazadores y que a lo sumo comían carroña esporádicamente.
Pero sin duda la bipedestación trajo una ventaja clave para la supervivencia: la reproducción, ya que el hecho de pasar del cuadrupedismo al bipedismo conllevo un cambio anatómico de las caderas, este cambio suponía un ensachamiento del canal del parto (aproximadamente de 1 cm) que hacia más fácil el alumbramiento como consecuencia esta característica (el bipedismo) que claramente era ventajosa pasó a ser el rasgo, que miles de generaciones posteriores, nos definiría.
Aspectos morfológicos
Diferencias con otros primates
Cuando los ancestros del Homo sapiens y otros muchos primates vivían en selvas comiendo frutos, bayas y hojas, abundantes en vitamina C, pudieron perder la capacidad genética, que tiene la mayoría de los animales, de sintetizar en su propio organismo tal vitamina. Tales pérdidas durante la evolución han implicado sutiles pero importantes determinaciones: cuando las selvas originales se redujeron o, por crecimiento demográfico, resultaron superpobladas, los primitivos homínidos (y luego los humanos) se vieron forzados a recorrer importantes distancias, migrar, para obtener nuevas fuentes de nutrientes (por ejemplo de la citada vitamina C).
Todos los cambios reseñados han sucedido en un periodo relativamente breve (aunque se mida en millones de años), esto explica la susceptibilidad de nuestra especie a afecciones en la columna vertebral y en la circulación sanguínea y linfática
Liberación de los miembros superiores
La postura bípeda dejó libres los miembros superiores que ya no tienen que cumplir la función de patas (excepto en los niños muy pequeños) ni la de braquiación, es decir, el desplazamiento de rama en rama con los brazos, aun cuando la actual especie humana, de la cintura hacia arriba mantenga una complexión de tipo arborícola.
Esta liberación de los miembros superiores fue, en su inicio, una adaptación óptima al bioma de sabana; al marchar bípedamente y con los brazos libres, los ancestros del hombre podían recoger más fácilmente su comida; raíces, frutos, hojas, insectos, huevos, reptiles pequeños, roedores y carroña; en efecto, muchos indicios hacen suponer como probable que nuestros ancestros fueran en gran medida carroñeros y, dentro del carroñeo, practicaran la modalidad llamada cleptoparasitismo, esto es, robaban las presas recién cazadas por especies netamente carnívoras; para tal práctica, nuestros ancestros debían haber actuado en bandas, organizadamente.
Los miembros superiores, siempre en relación con otras especies, se han acortado. Estos miembros superiores al quedar liberados de funciones locomotoras, se han podido especializar en funciones netamente humanas. El pulgar oponible es una característica heredada de los primates más antiguos, pero si en éstos la función principal ha sido la de aferrarse a las ramas y en segundo lugar aprehender las frutas o insectos que servían de alimento, en la línea evolutiva que desemboca en nuestra especie la motilidad de la mano, y en particular de los dedos de ésta, se ha hecho gradualmente más precisa y delicada lo que ha facilitado la elaboración de artefactos; aún (junio de 2005) no se tiene conocimiento respecto al momento en que la línea evolutiva comenzó a crear artefactos, es seguro que ya hace más de 2 millones de años Homo habilis/Homo rudolfensis realizaba toscos instrumentos que utilizaba asiduamente (en todo caso, los chimpancés, en estado silvestre, confeccionan "herramientas" de piedra, madera y hueso muy rudimentarias). El desarrollo de la capacidad de pronación en la articulación de la muñeca también ha sido importantísimo para la capacidad de elaborar artefactos.
Visión
El humano hereda de los prosimios la visión estereoscópica y pancromática (la capacidad de ver una amplia tonalidad de los colores del espectro visible); los ojos en la parte delantera de la cabeza posibilitan la visión estereoscópica (en tres dimensiones), pero si esa característica surge en los prosimios como una adaptación para moverse mejor durante la noche o en ambientes umbríos como los de las junglas, en Homo sapiens tal función cobra otro valor; facilita la mirada a lontananza, el otear horizontes, en este aspecto la visión es bastante más aguda en los humanos que en los otros primates y en los prosimios. Esto facilitará el hecho por el cual Homo sapiens sea un ser altamente visual (por ejemplo las comunicaciones mediante la mímica), facilitará asimismo lo imaginario.
Especialización
Pese al conjunto de modificaciones morfológicas antes reseñadas, desde el punto de vista de la anatomía comparada, llama la atención una cuestión: Homo sapiens es un animal relativamente poco especializado. En efecto, gran parte de las especies animales ha logrado algún tipo de especialización anatómica (por ejemplo los artiodáctilos poseen pezuñas que les permiten correr en las llanuras despejadas), pero las especializaciones, si suelen ser una óptima adaptación a un determinado bioma, conllevan el riesgo de la desaparición de la especie especializada y asociada a tal bioma si éste se modifica.
La ausencia de tales especializaciones anatómicas ha facilitado a los humanos una adaptabilidad inusitada entre las demás especies de vertebrados para adecuarse a muy diversas condiciones ambientales.
Más aún, aunque parezca paradójico, Homo sapiens tiene características neoténicas. En efecto, la estructura craneal de un Homo sapiens adulto se aproxima más a la de la cría de un chimpancé que a la de un chimpancé adulto: el rostro es achatado ("ortognato" o de "bajo índice facial") y es casi inexistente el torus supraorbitario (en la humanidad actual apenas se encuentran vestigios de torus en las poblaciones llamadas australoides). De otro modo se puede decir que los arcos superciliares de Homo sapiens son "infantiles", delicados, el rostro aplanado o ligeramente prognato.
Homo sapiens es, por su anatomía, un animal muy vulnerable si se encuentra en condiciones naturales.
Asociado al hecho por el cual morfológicamente el ser humano tenga características que le aproximan a las de un chimpancé "niño" se encuentra el 'ortognatismo' y esto quiere decir, entre otras cuestiones, que los dientes de Homo sapiens son relativamente pequeños y poco especializados, las mandíbulas, por esto, se ha abreviado y hecho más delicadas, falta además el diastema o espacio en donde encajan los colmillos. La debilidad de las mandíbulas humanas las hace casi totalmente inútiles para la defensa a mordiscos ante un predador y, asimismo, son muy deficientes para poder consumir gran parte del alimento en su estado natural, lo que es uno de los muchos déficits corporales que llevan al humano a vivir en una sociedad organizada.
Aparición del lenguaje simbólico
Hablar de la aparición del lenguaje humano, lenguaje simbólico por lógica parecería implicar que hay que hablar previamente de la cerebración, y eso es bastante cierto, pero el lenguaje humano simbólico tiene sus antecedentes en momentos y cambios morfológicos que son previos a cambios importantes en la estructura del sistema nervioso central. Por ejemplo, los chimpancés pueden realizar un esbozo primario de lenguaje simbólico basándose en la mímica (de un modo semejante a un sistema muy simple de comunicación para sordomudos).
Ahora bien, el lenguaje simbólico por excelencia es el basado en los significantes acústicos, y para que una especie tenga la capacidad de articular sonidos discretos, se requieren más innovaciones morfológicas, algunas de ellas muy probablemente anteriores al desarrollo de un cerebro lo suficientemente complejo como para pensar de modo simbólico. En efecto, observemos la orofaringe y la laringe: en los mamíferos, a excepción del humano, la laringe se encuentra en la parte alta de la garganta, de modo que la epiglotis cierra la tráquea de un modo estanco al beber e ingerir comida. En cambio, en Homo sapiens, la laringe se ubica más abajo, lo que permite a las cuerdas vocales la producción de sonidos más claramente diferenciados y variados, pero al no poder ocluir completamente la epiglotis, la respiración y la ingesta deben alternarse para que el sujeto no se ahogue. El acortamiento del prognatismo que se compensa con una elevación de la bóveda palatina facilitan el lenguaje oral. Otro elemento de relevante importancia es la posición y estructura del hioides, su gracilidad y motilidad permitirán un lenguaje oral lo suficientemente articulado.
Estudios realizados en la Sierra de Atapuerca (España) evidencian que Homo antecessor, hace unos 800.000 años, ya tenía la capacidad, al menos en su aparato fonador, para emitir un lenguaje oral lo suficientemente articulado como para ser considerado simbólico, aunque la consuetudinaria fabricación de utensilios (por toscos que fueran) por parte del Homo habilis hace unos 2 millones de años, sugiere que en éstos ya existía un lenguaje oral articulado muy rudimentario pero lo suficientemente eficaz como para transmitir la suficiente información ó enseñanza para la confección de los toscos artefactos.
Además de todas las condiciones recién mencionadas, imprescindibles para la aparición de un lenguaje simbólico, se debe hacer mención de la aparición del gen FOXP2 que resulta básico para la posibilidad de tal lenguaje y del pensar simbólico, como se verá a continuación.
La cerebración y la corticalización son temas que requieren, por sí solos, artículos propios, dado el alcance y la importancia de dichos procesos. Aquí importa comentar de lo mínimo indispensable para comprender la evolución humana.
La cerebración tanto como la corticalización son fenómenos biológicos muy anteriores a la aparición de los homínidos, sin embargo en éstos, y en especial en Homo sapiens, la cerebración y la corticalización adquieren un grado superlativo (hasta el punto que Theilard de Chardin enunció una curiosa teoría, la de la noósfera y noogénesis, esto es: teoría del pensar inteligente, que se basa en la evolución del cerebro).
El cerebro de Homo sapiens, en relación a la masa corporal, es uno de los más grandes. Más llamativo es el consumo de energía metabólica (por ejemplo, la producida por la "combustión" de la glucosa) que requiere el cerebro: un 20% de toda la energía corporal, y aun cuando la longitud de los intestinos humanos evidencian los problemas que se le presentan.
En Homo sapiens el volumen oscila entre los 1.200 a 1.400 cm3, siendo el promedio global actual de 1.350 cm3; sin embargo no basta un incremento del volumen, sino cómo se dispone; esto es: cómo está dispuesta la "estructura" del sistema nervioso central y del cerebro en particular. Por término medio, los Homo neanderthalensis pudieron haber tenido un cerebro de mayor tamaño que el de nuestra especie, pero la morfología de su cráneo demuestra que la estructura cerebral era muy diferente: con escasa frente, los neandertalenses tenían poco desarrollados los lóbulos frontales y, en especial, muy poco desarrollada la corteza prefrontal. El cráneo de Homo sapiens no sólo tiene una frente prominente sino que es también más alto en el occipucio (cráneo muy abovedado), esto permite el desarrollo de los lóbulos frontales. De todos los mamíferos, Homo sapiens es el único que tiene la faz ubicada bajo los lóbulos frontales.
Sin embargo, aún más importante para la evolución del encéfalo parecen haber sido las mutaciones en el posicionamiento del esfenoides.
Se ha hecho mención en el apartado dedicado a la aparición del lenguaje articulado de la importancia del gen FOXP2; dicho gen es el encargado del desarrollo de las áreas del lenguaje y de las áreas de síntesis (las áreas de síntesis se encuentran en la corteza cerebral de los lóbulos frontales). El aumento del cerebro y su especialización permitió la aparición de la llamada lateralización, o sea, una diferencia muy importante entre el hemisferio izquierdo y el hemisferio derecho del cerebro. El hemisferio izquierdo tiene desarrollado en su corteza áreas específicas que posibilitan el lenguaje simbólico basado en significantes acústicos: el área de Wernicke y el área de Broca.
Es casi seguro que ya hace 200.000 años los sujetos de la especie Homo sapiens tenían un potencial intelectual equivalente al de la actualidad, pero para que se activara tal potencial tardaron milenios: el primer registro de conducta artística conocido se data hace sólo unos 75.000 años, los primeros grafismos y expresiones netamente simbólicas fuera del lenguaje hablado se datan hace sólo entre 40.000 y 35.000 años. Las primeras escrituras (" memoria segunda" como bien les llamara Roland Barthes) datan de hace entre 5.500 ó 5.000 años, en el Valle del Nilo ó en la Mesopotamia asiática.
Se ha dicho, también líneas antes, que Homo sapiens mantiene características de estructura craneal "primitivas" ya que recuerdan a las de un chimpancé infantil;, en efecto, tal morfología es la que permite tener la frente sobre el rostro y los lóbulos frontales desarrollados.
La cabeza de Homo sapiens, para contener tal cerebro, es muy grande; aún en el feto y en el neonato, razón principal por la cual los partos son difíciles, sumada a la disposición de la pelvis.
Una solución parcial a esto es la heterocronía: el neonato humano está muy incompletamente desarrollado en el momento del parto; puede decirse (con algo de metáfora) que la gestación en el ser humano no se restringe a los ya de por sí prolongados nueve meses intrauterinos, sino que se prolonga extrauterinamente hasta, al menos, los cuatro primeros años; en efecto, el infante está completamente desvalido durante años, tan es así que, que entre los 2 a 4 años es cuando tiene lo suficientemente desarrolladas las áreas visuales del cerebro como para tener una percepción visual de su propio ser (Estadio del espejo descubierto por Jacques Lacan en la década de 1930). Ahora bien, si Homo sapiens tarda mucho en poder tener una percepción plena de su imagen corporal es interesante saber que es uno de los pocos animales que se percibe al ver su imagen reflejada (sólo se nota esta capacidad en bonobos, chimpancés, y si acaso en gorilas, orangutanes, delfines y elefantes).
Tal es la prematuración de Homo sapiens, que mientras un chimpancé neonato tiene una capacidad cerebral de un 65% de la de un chimpancé adulto, o la capacidad de Australopithecus afarensis era en el parto de un 50% respecto a la de su edad adulta, en Homo sapiens 'bebé' tal capacidad no supera al 25% de la capacidad que tendrá a los 45 años (a los 45 años aproximadamente es cuando se desarrolla totalmente el cerebro humano).
Pero no basta el desarrollo cronológico; para que el cerebro humano se "despliegue" -por así decirlo- o desarrolle requiere de estimulación y afecto, de otro modo la organización de algunas de las áreas del cerebro puede quedar atrofiada.
Los Homínidos, primates bípedos, habrían surgido hace unos 6 ó 7 millones de años en África, cuando dicho continente se encontró afectado por una progresiva desecación que redujo las áreas de bosques y selvas. Como adaptación al bioma de sabana aparecieron primates capaces de caminar fácilmente de modo bípedo y mantenerse erguidos (East Side Story;[12] [13] ) . Más aún, en un medio cálido y con fuerte radiación ultravioleta e infrarroja una de las mejores soluciones adaptativas son la marcha bípeda y la progresiva reducción de la capa pilosa, esto evita el excesivo recalentamiento del cuerpo. Hace 150.000 años el norte de África volvió a sufrir una intensa desertización lo cual significó otra gran presión evolutiva como para que se fijaran los rasgos principales de la especie Homo sapiens.
Para lograr la postura y marcha erecta han tenido que aparecer importantes modificaciones:
* Cráneo. Para permitir la bipedestación, el foramen magnum (u orificio occipital por el cual la médula espinal pasa del cráneo a la raquis) se ha desplazado; mientras en los simios el foramen magnum se ubica en la parte posterior del cráneo, en el Homo sapiens (y en sus ancestros directos) el foramen magnun se ha "desplazado" casi hacia la base del mismo.
* Columna vertebral. La columna vertebral bastante rectilínea en los simios, en el Homo sapiens y en sus ancestros bípedos ha adquirido curvaturas que permiten soportar mejor el peso de la parte superior del cuerpo, tales curvaturas tienen un efecto "resorte". Por lo demás la columna vertebral ha podido erguirse casi 90º a la altura de la pelvis, si se compara con un chimpancé se nota que al carecer este primate de la curva lumbar, su cuerpo resulta empujado hacía adelante por el propio peso; en la raquis humana el centro de gravedad se ha desplazado, de modo que el centro de gravedad de todo el cuerpo se sitúa encima del soporte que constituyen los pies, al tener el Homo sapiens una cabeza relativamente grande el centro de gravedad corporal es bastante inestable (y hace que al intentar nadar, el humano tienda a hundirse "de cabeza")[cita requerida]. Otro detalle; las vértebras humanas son más circulares que las de los simios, esto les permite soportar mejor el peso vertical.
* Pelvis. La pelvis se ha debido ensanchar, lo cual ha sido fundamental en la evolución de nuestra especie. Los huesos ilíacos de la región pelviana en los Homo sapiens (e inmediatos antecesores) "giran" hacia el interior de la pelvis, esto le permite soportar mejor el peso de los órganos al estar en posición erecta. La citada modificación de la pelvis implica una disminución importante en la velocidad posible de la carrera por parte de los humanos. La bipedestación implica una posición de la pelvis, que hace que las crías nazcan "prematuras": en efecto, el parto humano es denominado ventral acodado ya que existe casi un ángulo recto entre la cavidad abdominal y la vagina que en el pubis de la mujer es casi frontal, si en todos los otros mamíferos el llamado canal de parto es muy breve, en cambio en las hembras de Homo sapiens es muy prolongado y sinuoso, esto hace dificultosos los alumbramientos. Como se verá más adelante, esto ha sido fundamental en la evolución de nuestra especie.
* Piernas. También para la bipedestación ha habido otros cambios morfológicos muy importantes y evidentes, particularmente en los miembros y articulaciones. Los miembros inferiores se han robustecido, el fémur humano se inclina hacia adentro, de modo que le posibilita la marcha sin necesidad de girar casi todo el cuerpo; la articulación de la rodilla se ha vuelto casi omnidireccional (esto es, puede moverse en diversas direcciones), aunque en los monos -por ejemplo el chimpancé- existe una mayor flexibilidad de la articulación de la rodilla, es para un mejor desplazamiento por las copas de los árboles, es así que el humano a diferencia de sus parientes más próximos no marcha con las rodillas dobladas.
* Pies. En los humanos los pies se han alargado, particularmente en el talón, reduciéndose algo los dedos del pie y dejando de ser oponible el "pulgar" del pie (el dedo mayor), en líneas generales el pie ha perdido casi totalmente la capacidad de aprehensión. Se sabe, en efecto, que el pie humano ha dejado de estar capacitado para aferrarse (cual si fuera una mano) a las ramas, pasando en cambio a tener una función importante en el soporte de todo el cuerpo. El dedo mayor del pie tiene una función vital para lograr el equilibrio de los homínidos durante la marcha y la postura erecta; en efecto, el pulgar del pie de un chimpancé es transversal, lo que permite al simio aferrarse más fácilmente de las ramas, en cambio el "pulgar" del pie humano, al estar alineado, facilita el equilibrio y el impulso hacia adelante al marchar o correr. Los huesos de los miembros inferiores son relativamente rectilíneos en comparación con los de otros primates.
Ventajas de la bipedestación
Es evidente que la gran cantidad de modificaciones anatómicas que condujeron del cuadrupedismo al bipedismo requirió una fuerte presión selectiva. Se ha discutido mucho sobre la ineficacia de la marcha bípeda comparada con la cuadrúpeda. También se ha criticado que ningún otro animal de los que se adaptaron a la sabana al final de Mioceno desarrolló una marcha bípeda. Hemos de tener en cuenta que partimos de homínidos con un tipo de desplazamiento cuadrúpedo que no es ninguna maravilla adaptativa; en efecto, el modo en que se desplazan los chimpancés, apoyando la segunda falange de los dedos de las manos no puede compararse a la marcha cuadrúpeda de ningún otro mamífero. Puede ser suficiente en trayectos cortos por el suelo, pero no es muy eficaz para grandes desplazamientos en terreno abierto. Los primeros homínidos de sabana probablemente se vieron obligados a desplazarse distancias considerables en campo abierto para alcanzar grupos de árboles situados a distancia. La marcha bípeda pudo ser muy eficaz en estas condiciones ya que:
* Permite otear el horizonte por encima de la vegetación herbácea en busca de árboles o depredadores.
* Permite transportar cosas (como comida, palos, piedras o crías) con las manos, liberadas de la función locomotora.
* Es más lenta que la marcha cuadrúpeda, pero es menos costosa energéticamente, lo que debería ser interesante para recorrer largas distancias en la sabana, o en un hábitat más pobre en recursos que la selva.
* Expone menos superficie al sol y permite aprovechar la brisa, lo que ayuda a no recalentar el cuerpo y ahorrar agua, cosa útil en un hábitat con escasez del líquido elemento.
Hace años se argumentó que la liberación de las manos por parte de los primeros homínidos bípedos les permitió elaborar armas de piedra para cazar, lo cual habría sido el principal motor de nuestra evolución. Hoy está claro que la liberación de las manos (que se produjo hace más de 4 millones de años) no está ligada a la fabricación de herramientas, que aconteció unos 2 millones de años después, y que los primeros homínidos no eran cazadores y que a lo sumo comían carroña esporádicamente.
Pero sin duda la bipedestación trajo una ventaja clave para la supervivencia: la reproducción, ya que el hecho de pasar del cuadrupedismo al bipedismo conllevo un cambio anatómico de las caderas, este cambio suponía un ensachamiento del canal del parto (aproximadamente de 1 cm) que hacia más fácil el alumbramiento como consecuencia esta característica (el bipedismo) que claramente era ventajosa pasó a ser el rasgo, que miles de generaciones posteriores, nos definiría.
Aspectos morfológicos
Diferencias con otros primates
Cuando los ancestros del Homo sapiens y otros muchos primates vivían en selvas comiendo frutos, bayas y hojas, abundantes en vitamina C, pudieron perder la capacidad genética, que tiene la mayoría de los animales, de sintetizar en su propio organismo tal vitamina. Tales pérdidas durante la evolución han implicado sutiles pero importantes determinaciones: cuando las selvas originales se redujeron o, por crecimiento demográfico, resultaron superpobladas, los primitivos homínidos (y luego los humanos) se vieron forzados a recorrer importantes distancias, migrar, para obtener nuevas fuentes de nutrientes (por ejemplo de la citada vitamina C).
Todos los cambios reseñados han sucedido en un periodo relativamente breve (aunque se mida en millones de años), esto explica la susceptibilidad de nuestra especie a afecciones en la columna vertebral y en la circulación sanguínea y linfática
Liberación de los miembros superiores
La postura bípeda dejó libres los miembros superiores que ya no tienen que cumplir la función de patas (excepto en los niños muy pequeños) ni la de braquiación, es decir, el desplazamiento de rama en rama con los brazos, aun cuando la actual especie humana, de la cintura hacia arriba mantenga una complexión de tipo arborícola.
Esta liberación de los miembros superiores fue, en su inicio, una adaptación óptima al bioma de sabana; al marchar bípedamente y con los brazos libres, los ancestros del hombre podían recoger más fácilmente su comida; raíces, frutos, hojas, insectos, huevos, reptiles pequeños, roedores y carroña; en efecto, muchos indicios hacen suponer como probable que nuestros ancestros fueran en gran medida carroñeros y, dentro del carroñeo, practicaran la modalidad llamada cleptoparasitismo, esto es, robaban las presas recién cazadas por especies netamente carnívoras; para tal práctica, nuestros ancestros debían haber actuado en bandas, organizadamente.
Los miembros superiores, siempre en relación con otras especies, se han acortado. Estos miembros superiores al quedar liberados de funciones locomotoras, se han podido especializar en funciones netamente humanas. El pulgar oponible es una característica heredada de los primates más antiguos, pero si en éstos la función principal ha sido la de aferrarse a las ramas y en segundo lugar aprehender las frutas o insectos que servían de alimento, en la línea evolutiva que desemboca en nuestra especie la motilidad de la mano, y en particular de los dedos de ésta, se ha hecho gradualmente más precisa y delicada lo que ha facilitado la elaboración de artefactos; aún (junio de 2005) no se tiene conocimiento respecto al momento en que la línea evolutiva comenzó a crear artefactos, es seguro que ya hace más de 2 millones de años Homo habilis/Homo rudolfensis realizaba toscos instrumentos que utilizaba asiduamente (en todo caso, los chimpancés, en estado silvestre, confeccionan "herramientas" de piedra, madera y hueso muy rudimentarias). El desarrollo de la capacidad de pronación en la articulación de la muñeca también ha sido importantísimo para la capacidad de elaborar artefactos.
Visión
El humano hereda de los prosimios la visión estereoscópica y pancromática (la capacidad de ver una amplia tonalidad de los colores del espectro visible); los ojos en la parte delantera de la cabeza posibilitan la visión estereoscópica (en tres dimensiones), pero si esa característica surge en los prosimios como una adaptación para moverse mejor durante la noche o en ambientes umbríos como los de las junglas, en Homo sapiens tal función cobra otro valor; facilita la mirada a lontananza, el otear horizontes, en este aspecto la visión es bastante más aguda en los humanos que en los otros primates y en los prosimios. Esto facilitará el hecho por el cual Homo sapiens sea un ser altamente visual (por ejemplo las comunicaciones mediante la mímica), facilitará asimismo lo imaginario.
Especialización
Pese al conjunto de modificaciones morfológicas antes reseñadas, desde el punto de vista de la anatomía comparada, llama la atención una cuestión: Homo sapiens es un animal relativamente poco especializado. En efecto, gran parte de las especies animales ha logrado algún tipo de especialización anatómica (por ejemplo los artiodáctilos poseen pezuñas que les permiten correr en las llanuras despejadas), pero las especializaciones, si suelen ser una óptima adaptación a un determinado bioma, conllevan el riesgo de la desaparición de la especie especializada y asociada a tal bioma si éste se modifica.
La ausencia de tales especializaciones anatómicas ha facilitado a los humanos una adaptabilidad inusitada entre las demás especies de vertebrados para adecuarse a muy diversas condiciones ambientales.
Más aún, aunque parezca paradójico, Homo sapiens tiene características neoténicas. En efecto, la estructura craneal de un Homo sapiens adulto se aproxima más a la de la cría de un chimpancé que a la de un chimpancé adulto: el rostro es achatado ("ortognato" o de "bajo índice facial") y es casi inexistente el torus supraorbitario (en la humanidad actual apenas se encuentran vestigios de torus en las poblaciones llamadas australoides). De otro modo se puede decir que los arcos superciliares de Homo sapiens son "infantiles", delicados, el rostro aplanado o ligeramente prognato.
Homo sapiens es, por su anatomía, un animal muy vulnerable si se encuentra en condiciones naturales.
Asociado al hecho por el cual morfológicamente el ser humano tenga características que le aproximan a las de un chimpancé "niño" se encuentra el 'ortognatismo' y esto quiere decir, entre otras cuestiones, que los dientes de Homo sapiens son relativamente pequeños y poco especializados, las mandíbulas, por esto, se ha abreviado y hecho más delicadas, falta además el diastema o espacio en donde encajan los colmillos. La debilidad de las mandíbulas humanas las hace casi totalmente inútiles para la defensa a mordiscos ante un predador y, asimismo, son muy deficientes para poder consumir gran parte del alimento en su estado natural, lo que es uno de los muchos déficits corporales que llevan al humano a vivir en una sociedad organizada.
Aparición del lenguaje simbólico
Hablar de la aparición del lenguaje humano, lenguaje simbólico por lógica parecería implicar que hay que hablar previamente de la cerebración, y eso es bastante cierto, pero el lenguaje humano simbólico tiene sus antecedentes en momentos y cambios morfológicos que son previos a cambios importantes en la estructura del sistema nervioso central. Por ejemplo, los chimpancés pueden realizar un esbozo primario de lenguaje simbólico basándose en la mímica (de un modo semejante a un sistema muy simple de comunicación para sordomudos).
Ahora bien, el lenguaje simbólico por excelencia es el basado en los significantes acústicos, y para que una especie tenga la capacidad de articular sonidos discretos, se requieren más innovaciones morfológicas, algunas de ellas muy probablemente anteriores al desarrollo de un cerebro lo suficientemente complejo como para pensar de modo simbólico. En efecto, observemos la orofaringe y la laringe: en los mamíferos, a excepción del humano, la laringe se encuentra en la parte alta de la garganta, de modo que la epiglotis cierra la tráquea de un modo estanco al beber e ingerir comida. En cambio, en Homo sapiens, la laringe se ubica más abajo, lo que permite a las cuerdas vocales la producción de sonidos más claramente diferenciados y variados, pero al no poder ocluir completamente la epiglotis, la respiración y la ingesta deben alternarse para que el sujeto no se ahogue. El acortamiento del prognatismo que se compensa con una elevación de la bóveda palatina facilitan el lenguaje oral. Otro elemento de relevante importancia es la posición y estructura del hioides, su gracilidad y motilidad permitirán un lenguaje oral lo suficientemente articulado.
Estudios realizados en la Sierra de Atapuerca (España) evidencian que Homo antecessor, hace unos 800.000 años, ya tenía la capacidad, al menos en su aparato fonador, para emitir un lenguaje oral lo suficientemente articulado como para ser considerado simbólico, aunque la consuetudinaria fabricación de utensilios (por toscos que fueran) por parte del Homo habilis hace unos 2 millones de años, sugiere que en éstos ya existía un lenguaje oral articulado muy rudimentario pero lo suficientemente eficaz como para transmitir la suficiente información ó enseñanza para la confección de los toscos artefactos.
Además de todas las condiciones recién mencionadas, imprescindibles para la aparición de un lenguaje simbólico, se debe hacer mención de la aparición del gen FOXP2 que resulta básico para la posibilidad de tal lenguaje y del pensar simbólico, como se verá a continuación.
La cerebración y la corticalización son temas que requieren, por sí solos, artículos propios, dado el alcance y la importancia de dichos procesos. Aquí importa comentar de lo mínimo indispensable para comprender la evolución humana.
La cerebración tanto como la corticalización son fenómenos biológicos muy anteriores a la aparición de los homínidos, sin embargo en éstos, y en especial en Homo sapiens, la cerebración y la corticalización adquieren un grado superlativo (hasta el punto que Theilard de Chardin enunció una curiosa teoría, la de la noósfera y noogénesis, esto es: teoría del pensar inteligente, que se basa en la evolución del cerebro).
El cerebro de Homo sapiens, en relación a la masa corporal, es uno de los más grandes. Más llamativo es el consumo de energía metabólica (por ejemplo, la producida por la "combustión" de la glucosa) que requiere el cerebro: un 20% de toda la energía corporal, y aun cuando la longitud de los intestinos humanos evidencian los problemas que se le presentan.
En Homo sapiens el volumen oscila entre los 1.200 a 1.400 cm3, siendo el promedio global actual de 1.350 cm3; sin embargo no basta un incremento del volumen, sino cómo se dispone; esto es: cómo está dispuesta la "estructura" del sistema nervioso central y del cerebro en particular. Por término medio, los Homo neanderthalensis pudieron haber tenido un cerebro de mayor tamaño que el de nuestra especie, pero la morfología de su cráneo demuestra que la estructura cerebral era muy diferente: con escasa frente, los neandertalenses tenían poco desarrollados los lóbulos frontales y, en especial, muy poco desarrollada la corteza prefrontal. El cráneo de Homo sapiens no sólo tiene una frente prominente sino que es también más alto en el occipucio (cráneo muy abovedado), esto permite el desarrollo de los lóbulos frontales. De todos los mamíferos, Homo sapiens es el único que tiene la faz ubicada bajo los lóbulos frontales.
Sin embargo, aún más importante para la evolución del encéfalo parecen haber sido las mutaciones en el posicionamiento del esfenoides.
Se ha hecho mención en el apartado dedicado a la aparición del lenguaje articulado de la importancia del gen FOXP2; dicho gen es el encargado del desarrollo de las áreas del lenguaje y de las áreas de síntesis (las áreas de síntesis se encuentran en la corteza cerebral de los lóbulos frontales). El aumento del cerebro y su especialización permitió la aparición de la llamada lateralización, o sea, una diferencia muy importante entre el hemisferio izquierdo y el hemisferio derecho del cerebro. El hemisferio izquierdo tiene desarrollado en su corteza áreas específicas que posibilitan el lenguaje simbólico basado en significantes acústicos: el área de Wernicke y el área de Broca.
Es casi seguro que ya hace 200.000 años los sujetos de la especie Homo sapiens tenían un potencial intelectual equivalente al de la actualidad, pero para que se activara tal potencial tardaron milenios: el primer registro de conducta artística conocido se data hace sólo unos 75.000 años, los primeros grafismos y expresiones netamente simbólicas fuera del lenguaje hablado se datan hace sólo entre 40.000 y 35.000 años. Las primeras escrituras (" memoria segunda" como bien les llamara Roland Barthes) datan de hace entre 5.500 ó 5.000 años, en el Valle del Nilo ó en la Mesopotamia asiática.
Se ha dicho, también líneas antes, que Homo sapiens mantiene características de estructura craneal "primitivas" ya que recuerdan a las de un chimpancé infantil;, en efecto, tal morfología es la que permite tener la frente sobre el rostro y los lóbulos frontales desarrollados.
La cabeza de Homo sapiens, para contener tal cerebro, es muy grande; aún en el feto y en el neonato, razón principal por la cual los partos son difíciles, sumada a la disposición de la pelvis.
Una solución parcial a esto es la heterocronía: el neonato humano está muy incompletamente desarrollado en el momento del parto; puede decirse (con algo de metáfora) que la gestación en el ser humano no se restringe a los ya de por sí prolongados nueve meses intrauterinos, sino que se prolonga extrauterinamente hasta, al menos, los cuatro primeros años; en efecto, el infante está completamente desvalido durante años, tan es así que, que entre los 2 a 4 años es cuando tiene lo suficientemente desarrolladas las áreas visuales del cerebro como para tener una percepción visual de su propio ser (Estadio del espejo descubierto por Jacques Lacan en la década de 1930). Ahora bien, si Homo sapiens tarda mucho en poder tener una percepción plena de su imagen corporal es interesante saber que es uno de los pocos animales que se percibe al ver su imagen reflejada (sólo se nota esta capacidad en bonobos, chimpancés, y si acaso en gorilas, orangutanes, delfines y elefantes).
Tal es la prematuración de Homo sapiens, que mientras un chimpancé neonato tiene una capacidad cerebral de un 65% de la de un chimpancé adulto, o la capacidad de Australopithecus afarensis era en el parto de un 50% respecto a la de su edad adulta, en Homo sapiens 'bebé' tal capacidad no supera al 25% de la capacidad que tendrá a los 45 años (a los 45 años aproximadamente es cuando se desarrolla totalmente el cerebro humano).
Pero no basta el desarrollo cronológico; para que el cerebro humano se "despliegue" -por así decirlo- o desarrolle requiere de estimulación y afecto, de otro modo la organización de algunas de las áreas del cerebro puede quedar atrofiada.
Caracteristicas distintivas del hombre actual
El ser humano tiene una serie de características anatómicas comunes con los primates. Por ejemplo, tiene cuatro extremidades, cinco dedos en manos y pies, una dentadura formada por 32 piezas, los ojos dispuestos en la parte delantea de la cabeza, etc. Pero a pesar de las semejanzas, las personas se diferencian en muchas características del resto de los primates. Algunas de las diferencias más importancias son:
- El Desarrollo del cerebro:
La capacidad del cráneo de un ser humano actual es, aproximadamente, de 1500 cm3. Este valor indica que el cerebro tiene un tamaño muy grande comparado con el de otros primates. Por ejemplo, la capacidad craneana de un chimpancé es de aproximadamente 400 cm3, y la de un gorila, de 500 cm3. En los restos fósiles de los antepasados del hombre se puede observar un aumento progresivo de la capacidad del cráneo.
Así, los restos fósiles más antiguos muestran una capacidad de sólo 400 a 500 cm3, mientras que las más modernos tienen una capacidad craneana semejante a la de las personas actuales.
- El Desarrollo del lenguaje:
La especie humana es la única que posee un lenguaje simbólico formado por sonidos complejos y articulados. Estos sonidos son posibles gracias a la complejidad de los órganos del habla y del cerebro.
- La postura bípeda:
No hay ningún animal que esté tan adaptado a la postura bípeda como el ser humano. Esta adaptación se puede observar en las siguientes características del sistema locomotor:
*La columna vertebral humana es vertical y presenta leves curvaturas que permiten distribuir mejor el peso del cuerpo.
*Las piernas son largas y tienen músculos fuertes que permiten locomoción y el mantenimiento de la postura bípeda.
*La pelvis es ancha y corta, lo que facilita considerablemente la postura erguida y la locomoción bípeda.
- La Movilidad del pulgar:
La mano humana es muy diferente de la de los primates. La palma de la mano es más corta y el pulgar está más próximo a los otros dedos, lo que facilita muchos movimientos complejos, como asir pequeños objetos o moverlos con presión. Un ejemplo de función compleja de la mano es la escritura.mbre actual
- El Desarrollo del cerebro:
La capacidad del cráneo de un ser humano actual es, aproximadamente, de 1500 cm3. Este valor indica que el cerebro tiene un tamaño muy grande comparado con el de otros primates. Por ejemplo, la capacidad craneana de un chimpancé es de aproximadamente 400 cm3, y la de un gorila, de 500 cm3. En los restos fósiles de los antepasados del hombre se puede observar un aumento progresivo de la capacidad del cráneo.
Así, los restos fósiles más antiguos muestran una capacidad de sólo 400 a 500 cm3, mientras que las más modernos tienen una capacidad craneana semejante a la de las personas actuales.
- El Desarrollo del lenguaje:
La especie humana es la única que posee un lenguaje simbólico formado por sonidos complejos y articulados. Estos sonidos son posibles gracias a la complejidad de los órganos del habla y del cerebro.
- La postura bípeda:
No hay ningún animal que esté tan adaptado a la postura bípeda como el ser humano. Esta adaptación se puede observar en las siguientes características del sistema locomotor:
*La columna vertebral humana es vertical y presenta leves curvaturas que permiten distribuir mejor el peso del cuerpo.
*Las piernas son largas y tienen músculos fuertes que permiten locomoción y el mantenimiento de la postura bípeda.
*La pelvis es ancha y corta, lo que facilita considerablemente la postura erguida y la locomoción bípeda.
- La Movilidad del pulgar:
La mano humana es muy diferente de la de los primates. La palma de la mano es más corta y el pulgar está más próximo a los otros dedos, lo que facilita muchos movimientos complejos, como asir pequeños objetos o moverlos con presión. Un ejemplo de función compleja de la mano es la escritura.mbre actual
LOS HUMANOS: ENTRE EVOLUCIÓN BIOLÓGICA Y EVOLUCIÓN CULTURAL
La evolución biológica es un proceso de cambios adaptativos. Las especies en el planeta se modifican como respuesta a los cambios climáticos, geográficos e interespecies (depredadores). Darwin en 1859, propuso que las variantes en los organismos favorecedoras en la lucha por la adaptación se seleccionaban naturalmente propagándose en las poblaciones descendientes. Estas variaciones acumuladas a lo largo del tiempo pueden dar origen a una nueva especie diferente a la especie de la cual habían emergido. La evolución no es más que descendencia con modificación. Es la propia naturaleza la que diseña los organismos. Darwin desarrolló así un nuevo relato acerca de la historia de la naturaleza, libre de divinidades y de revelaciones y nos invitó a creer no en la armonía sino en la contingencia y el azar.
La lucha por adaptarse a los entornos nuevos y/o cambiantes es el hecho que impulsa el proceso evolutivo. Las especies que se encuentran bien adaptadas a su entorno, cambian poco en el curso del tiempo. Por el contrario los humanos, al provenir de ancestros primates que cambiaron entornos boscosos seguros por sabanas abiertas y peligrosas, nichos ecológicos completamente diferente del cual provenían, y luego, unos dos millones de años más tarde, con su salida definitiva del continente africano, se vieron en la necesidad de cambiar para poder adaptarse a los novísimos ambientes que iban encontrando a su paso. Los humanos se convirtieron en el transcurso de los últimos dos millones de años en la única especie que habita todos los nichos del planeta. En este largo proceso evolutivo, los humanos tuvieron que optar por el bipedismo, construir herramientas y conformar grupos sociales cada vez más complejos con el fin de poder compensar sus debilidades físicas frente a otros depredadores más fuertes y peligrosos. El órgano que representaba estos cambios materiales y sociales que los humanos incorporaban era el cerebro. El cerebro por procesos al azar creció, se complejizó y se reorganizó generando como resultado no intencional dado que el proceso evolutivo no está encaminado a un fin, una cognición capaz de comprender el mundo, generar procesos y habilidades que le permitieran enfrentar los desafíos del entorno, agruparse con otros y a través de esta interrelación social, generar una vida interior, una subjetividad, nuevas emociones y sentires y una gran preocupación por si mismo.
En este complejo proceso, las estructuras cerebrales viejas, que nos emparentan con nuestros ancestros no humanos, no han desaparecido. El cerebro humano es único en la naturaleza ya que genera nuevas capacidades cognitivas complejas pero también es capaz de generar impulsos automáticos, no reflexivos y agresivos, que compartimos con todas las especies del planeta. Es una impronta evolutiva, génica, cerebral y comportamental. De ahí nuestra dualidad contradictoria que nos hacer ser seres en conflicto con los otros y con nosotros mismos.
Los humanos entonces manteniendo la conexión con lo biológico natural dado que no somos una especie elegida sino una especie como cualquier otra (Arzuaga 2004), a la vez hemos trascendido ese mundo natural al dar origen al mundo cultural a partir de la evolución cerebral, la cognición compleja y la interacción social.
La evolución biológica es concreta, acumulativa y lenta, no intencional y responde a las necesidades de adaptación al cambio ecológico, modificando a los organismos a largo plazo. Los cambios que se generan no son perceptibles en el curso de una vida humana razón por la cual vemos este proceso evolutivo como algo lejano y distante a nosotros. La evolución cultural, hija de la evolución cerebral, de la cognición compleja y de la interacción social se basa en algo nuevo, lo simbólico como abstracción de lo concreto (Cassirer, 1994), introduce la intención y el propósito en las acciones humanas, se apoya en el pensamiento, el lenguaje y la generación de ideas que conduce a la génesis de las normas, de la moral y de la ética buscando regular la interacción social y se apoya en la producción de instrumentos para transformar para si la naturaleza de la cual se proviene y lograr un desarrollo material que permita un mejor bienestar individual y social. La evolución cultural a diferencia de la biológica es rápida y produce un conocimiento acumulativo consciente al servicio del mismo humano.
Los humanos deben responder no solo a las exigencias de la evolución biológica sino también a las presiones de la evolución cultural. Este proceso de evolución cultural es difícil y complejo, ya que se basa en adaptaciones a cambios permanentes y rápidos. Con el transcurrir del tiempo, desde las primeras manifestaciones símbólicas del arte paleolítico, el abandono del nomadismo, la revolución del neolítico, la aparición de las primeras poblaciones y de las primeras organizaciones sociales estables, hemos trasladado la lucha por la supervivencia biológica a la lucha por las ideas como elementos centrales de la evolución cultural. Los humanos luchan por sus ideas porque su cerebro lo permite y la interacción social lo exige. La biología ofrece potencialidades a través del cerebro que poseemos, pero es la cultura la que lo modela construyendo el mundo de relaciones que compartimos.
Otro hecho significativo de esta dinámica biológica cultural en la que se encuentra cruzado el hombre es que la evolución cultural, emergente de la evolución biológica, ha terminado por colocar al hombre, de repente, como el director general de la más grande empresa en el universo conocido, la empresa de la evolución. La evolución biológica al dotar al hombre del pensamiento y conocimiento consciente, como en un harakiri, ha permitido que se introduzca la intención y el propósito en su propio proceso, que el hombre controle y regule su propio curso evolutivo de una evolución ciega a una evolución dirigida. Conozca o no lo que está haciendo, el hecho es que el hombre está determinando con sus actos la futura orientación de la evolución en este mundo. Pareciera ser un destino al que el hombre no puede escapar (Huxley 1959).
Todos nosotros tenemos por delante el desafío de elaborar actos, normas y productos, es decir cultura, al servicio de la realización de la especie humana respetando la variabilidad y la diferencia, sin perjudicar la existencia de los otros organismos que nos acompañan ni del planeta que habitamos. Somos los dueños de nuestro propio destino como especie. Es el conocimiento, la razón y la cultura, por el cerebro que poseemos, las armas que tenemos para trascender nuestra contradictoria dualidad.
En nuestro caótico mundo actual, el individuo se siente con frecuencia perdido e insignificante, sin encontrarle sentido digno a su existencia. Una visión diferente de su destino puede devolverle su sentido de significación. Podrá contemplarse a si mismo como parte de un todo más amplio, de un proceso continuo esperanzadoramente dirigido sin recurrir a un ser superior. Con sus propios esfuerzos podrá aportar a una existencia valiosa y realizar sus propias posibilidades individuales tanto materiales como afectivas. Puede ser algo utópico pero es inspirador.
Arzuaga J.,L (2001). La especie elegida. La larga marcha de la evolución humana. Madrid, Temas de Hoy
Huxley J. (1959). Nuevos Odres para vinos nuevos. Buenos Aires, Ed. Hermes
Cassirer E. (2006). Antropología filosófica. México, Fondo de Cultura Económica
Origenes de los humanos Modernos: ¿Multiregional o Fuera de África?
Existen dos teorías sobre el origen de los humanos mod
ernos: 1) ellos se originaron en un solo lugar, en África; y 2) los humanos pre-modernos migraron desde África para convertirse en humanos modernos en otras partes del mundo. La mayor parte de la evidencia apunta a la primera teoría por las siguientes razones:
- los fósiles de humanos parecidos a los modernos han sido encontrados en África
- las herramientas de piedra y los otros artefactos encontrados apoyan a un origen en África
- los estudios del ADN sugieren una población fundadora en África
Lucy es el nombre comun para el especimen Australopithecus afarensis specimen descubierto en 1974 en Etiopía. Se estima que Lucy vivió hace 3.2 millones de años. Museo de Historia Natural de Cleveland. Foto por AndrewEntendiendo el problemaUno de los temas más acaloradamente discutidos en paleoantropología (el estudio de los orígenes de los humanos) se enfoca en el origen de los humanos modernos, los Homo sapiens. Hace aproximadamente 100,000 años, el Viejo Mundo estaba ocupado por un grupo de homínidos morfológicamente diverso. En África y en el Medio Este se encontraba Homo sapiens; en Asia estaba Homo erectus; y en Europa estaba Homoneanderthalensis. Sin embargo, para hace 30,000 años, esta diversidad taxonómica se había desvanecido y los humanos de todas partes habían evolucionado en la forma humana moderna, tanto anatómicamente como en su comportamiento. La naturaleza de esta transformación es el foco de mucha deliberación entre dos escuelas del pensamiento: una que enfatiza la continuidad multiregional y la otra que sugiere un origen singular de los humanos modernos.
Teoría multiregional: El homo erectus dejó África 2 millones de años atrás para convertirse en homo sapiens en diferentes partes del mundo.
El Modelo de la Continuidad Multiregiona contiende que después de que Homo erectus salió de África y se dispersó a otras porciones del Viejo Mundo, las poblaciones regionales evolucionaron lentamente en los humanos modernos. Este modelo tiene los siguientes componentes:
- Algún nivel de flujo genético entre las poblaciones separadas geográficamente previno la especiación después de la dispersión;
- Todos los humanos que viven hoy en día se derivaron de la especie Homo erectus que salió de África hace casi dos millones de años;
- La selección natural, actuando sobre las poblaciones regionales desde su dispersión original, es responsable de las variantes regionales (a veces llamadas razas) que vemos hoy en día;
- La aparición de Homo sapiens no se restringió a un área solamente, sino que fue un fenómeno que ocurrió a través del rango geográfico completo donde vivían los humanos.
En contraste, el Modelo Fuera de Africa13 afirma que los humanos modernos evolucionaron relativamente recientemente en África, migraron a Eurasia y reemplazaron a todas las poblaciones que habían descendido de Homo erectus. Los siguientes principios son críticos en este modelo:
Teoría Fuera de África: El homo sapiens se emergió en Áfricay migró a otras partes del mundo para reemplazar a otras especies, incluyendo el homo erectus.
- Después de que Homo erectus migró fuera de África, las diferentes poblaciones se aislaron reproductivamente, evolucionando independientemente y, en algunos casos como en los Neandertales, en especies separadas; Homo sapiens se originó en un solo sitio, probablemente en África (geográficamente esto incluye el Medio Este);
- Homo sapiens migró ultimadamente fuera de África y reemplazó a todas las otras poblaciones humanas, sin entrecruzarse con ellas;
- La variación en los humanos modernos es un fenómeno relativamente reciente.
La perspectiva multiregional postula que los genes de todas las poblaciones humanas del Viejo Mundo fluyeron entre regiones diferentes y se mezclaron, contribuyendo a lo que observamos actualmente en los humanos modernos. La hipótesis del reemplazo sugiere que los todos genes de los humanos completamente modernos vinieron de África. A medida que estas gentes migraron, ellas reemplazaron a todas las otras poblaciones humanas, con muy poco o ningún entrecruzamiento.
Para entender la controversia, necesitamos evaluar la evidencia anatómica, arqueológica y genética.
La evidencia anatómica
En una época antes de hace un millón de años, los primeros homínidos, a veces llamados Homo ergaster, salieron de África y se dispersaron a otras partes del Viejo Mundo. Al vivir en áreas geográficas dispares, su morfología se diversificó a través de los procesos de la deriva genética y de la selección natural.
- En Asia estos homínidos evolucionaron en el Hombre de Pekín y en el Hombre de Java, referidos en conjunto como Homo erectus;
- En Europa y en Asia occidental ellos evolucionaron en los Neandertales.
Los Neandertales vivieron en un aislamiento casi total en Europa durante un período relativamente frío, el cual hasta incluyó glaciaciones. Los Neandertales se distinguen por un juego de características anatómicas únicas, incluyendo:
- Una cavidad craneal grande, larga y baja, con una protuberancia frontal bien desarrollada y doblemente arqueada;
- Un esqueleto facial masivo con una cara media bien proyectada, mejillas echadas hacia atrás y apertura nasal grande, con senos nasales también grandes;
- Una extraña región occipital del cráneo con una saliente o “chichón;”
- Molares con cámaras de pulpa agrandadas y con dientes incisivos grandes y a menudo altamente gastados;
- Una mandíbula sin barbilla y con una gran apertura detrás del último molar;
- Un tórax masivo, con los brazos anteriores y las pantorrillas relativamente cortas;
- A pesar de ser bajos de estatura, poseían esqueletos muy robustos, con huesos de pared muy gruesa;
- Clavículas largas y escápulas muy anchas.
El homo sapiens es una especie separada de los Neandertales y otros homínidos.
Para hace 130,000 años atrás, y seguido de un periodo prolongado de evolución independiente en Europa, los Neandertales eran anatómicamente tan únicos que es mejor clasificarlos como una especie diferente: Homo neanderthalensis. Éste es un ejemplo clásico de aislamiento geográfico que llevó ultimadamente a un evento de especiación.
En contraste, aproximadamente al mismo tiempo en África, un plan corporal esencialmente como el nuestro había aparecido. A pesar de que estos primeros Homo sapiens eran anatómicamente modernos, ellos no eran modernos en su comportamiento. Es muy importante anotar que la anatomía moderna evolucionó antes del comportamiento moderno; éstos primeros sapiens estaban caracterizados por lo siguiente:
- Una cavidad craneal con una frente vertical, un occipital redondeado y una protuberancia de la frente reducida;
- Un esqueleto facial reducido sin una cara media proyectada hacia adelante;
- Una mandíbula inferior con barbilla;
- Un esqueleto moderno y menos robusto.
De allí, la evidencia anatómica y paleogeográfica sugiere que los Neandertales y los humanos modernos estuvieron aislados los unos de los otros y que ellos evolucionaron separadamente en dos especies diferentes.
La evidencia arqueológica
De manera muy interesante, mientras que los Neandertales y los primeros Homo sapiens se distinguían los unos de los otros por un juego de características anatómicas obvias, arqueológicamente eran muy similares. Los homínidos africanos de la Edad de Piedra Media (H. sapiens) y sus contemporáneos Neandertales europeos del Paleolítico Medio poseían juegos de artefactos caracterizados de la siguiente manera:
- Poca variación en tipos de herramientas líticas, con una preponderancia de herramientas de esquirlas de piedra que son difíciles de separar en categorías discretas;
- Los juegos de herramientas fueron muy similares a lo largo de grandes extensiones de tiempo y de distancia;
- Una virtual falta de herramientas hechas de hueso, asta o marfil;
- Los entierros no tenían bienes funerarios o evidencia de ceremonias o rituales;
- La cacería estaba generalmente limitada a especies menos peligrosas y no hay evidencia de pesca;
- Las densidades poblacionales eran aparentemente bajas;
- Tampoco hay evidencia de estructuras de vivienda y las fogatas eran rudimentarias;
- Tampoco hay evidencia de arte o decoración.
El homo sapiens exhibió habilidades tecnológicas alrededor de 50,000 años atrás.
El cuadro arqueológico cambió dramáticamente cerca de los 40 a 50,000 años atrás, con la aparición de los humanos de comportamiento moderno. Esto representó un cambio abrupto y dramático en los patrones de subsistencia, en las herramientas y en la expresión simbólica. El tremendo cambio en la adaptación cultural no fue solamente un cambio cuantitativo, sino uno que representó una separación significativa del comportamiento humano anterior, reflejando una gran transformación cualitativa. Fue literalmente una “explosión creativa” la cual exhibió la “ingenuidad tecnológica, las formaciones sociales y la complejidad ideológica de los cazadores-recolectores históricos.”7 Esta revolución humana fue precisamente la que nos hizo lo que somos hoy.
La aparición del comportamiento humano moderno completo aparentemente ocurrió en África antes de ocurrir en otras partes del Viejo Mundo, pero se dispersó rápidamente debido a los movimientos de las poblaciones a otras regiones geográficas. El estilo de vida del Paleolítico Superior, como fue llamado, era esencialmente el de cazar y recolectar. Esta adaptación cultural fue tan exitosa que hasta hacen aproximadamente unos 11,000 años, los homínidos en todo el mundo subsistían esencialmente como cazadores-recolectores.
En el Paleolítico Superior de Eurasia, o en la Edad de Piedra Tardía como se le conoce en África, la evidencia arqueológica se distingue fuertemente al ser contrastada con aquella del Paleolítico Medio o Edad de Piedra Media. Estuvo caracterizada por innovaciones significativas:
- Una diversidad asombrosa en los tipos de herramientas de piedra;
- Los tipos de herramientas cambiaron significativamente en el espacio y en el tiempo;
- Los artefactos fueron manufacturados en hueso, asta y marfil además de la piedra;
- Los artefactos de piedra fueron manufacturados principalmente en hojas y se pudieron;
- clasificar fácilmente en categorías discretas, presumiblemente reflejando usos especializados;
- Los entierros fueron acompañados de ceremonias rituales y contenían una rica diversidad de bienes funerarios;
- Las viviendas y fogatas fueron bien diseñadas y construidas;
- La cacería de animales peligrosos y la pesca ocurrió con regularidad;
- La densidad de las poblaciones fue mayor;
- El arte fue abundante y elaborado, así como también el uso generalizado de adornos personales;
- Las materias primas, como esquirlas de piedra y conchas, fueron comercializadas sobre grandes distancias.
Los Homo sapiens del Paleolítico Superior o Edad de Piedra Tardía fueron primordialmente modernos en apariencia y en comportamiento. Aún no se explica con precisión como ocurrió esta transformación, pero aparentemente se restringió a los Homo sapiens y no ocurrió en los Neandertales. Algunos arqueólogos han invocado una explicación comportamental para explicar el cambio. Por ejemplo, Soffer11 sugiere que cambios en las relaciones sociales, tales como el desarrollo de la familia nuclear, jugaron un papel clave en la ocurrencia de la transformación.
Cambios sociales o biológicos pueden ser responsables de homínidos “más inteligentes”.
Por su parte, Klein7 ofrece la noción de que probablemente un cambio biológico causado por mutaciones jugó el papel clave en la emergencia de los humanos de comportamiento moderno. Su explicación basada en la biología implica que ocurrió una reorganización neural mayor en el cerebro, trayendo consigo una mejora significativa en la manera en que el cerebro procesaba la información. Esta hipótesis es muy difícil de corroborar ya que los cerebros no se fosilizan. Sin embargo, es significativo que no se observan cambios en la forma de los cráneos entre los Homo sapiens tempranos y los tardíos. El registro arqueológico, con su abundante evidencia de artes y rituales, sólo nos permite concluir que estas gentes del Paleolítico Superior o Edad de Piedra Tardía poseían habilidades lingüísticas equivalentes a las nuestras. Para muchos antropólogos esto representa un salto evolucionario final al modernismo completo.
Poco después de la entrada a Europa de los humanos completamente modernos, los Neandertales comenzaron a declinar rápidamente, hasta culminar en su desaparición aproximadamente hace 30,000 años. Aparentemente, los Neandertales no pudieron sobrevivir a los tecnológicamente avanzados humanos modernos que invadieron a Europa. La evidencia del entrecruzamiento entre estos dos tipos es dudosa.
Evidencia genética
La investigación sobre los patrones de variación genética en las poblaciones humanas modernas apoya la perspectiva de que el origen del Homo sapiens es el resultado de un evento reciente, consistente con el Modelo Fuera de África.
- Los estudios en el ADN contemporáneo, especialmente del ADN mitocondrial (mtADN) el cual solo ocurre en los organelos celulares llamados mitocondrias, revelan que los humanos son sorprendentemente homogéneos, con una variación genética relativamente pequeña.1,5
- El alto grado de similaridad entre las poblaciones humanas se contrasta fuertemente con la condición observada en los chimpancés, nuestros parientes vivientes más cercanos.2 De hecho, existe una variación genética significativamente mayor entre dos individuos de chimpancés tomados de la misma población que la que hay entre dos humanos tomados al azar de una misma población. Más aún, la variación genética entre las poblaciones de chimpancés es inmensamente mayor que las diferencias entre las poblaciones humanas de Europa, Asia y África.
- En apoyo al origen africano para Homo sapiens, el trabajo de Cann y Wilson1 ha demostrado que el nivel más alto de variación genética en el mtADN ocurre en poblaciones africanas. Esto implica que el Homo sapiens apareció primero en África y desde ese entonces tuvo un periodo de tiempo largo para acumular diversidad genética. Más aún, usando la distancia genética entre las poblaciones de África y otras poblaciones como una medida del tiempo, ellos sugieren que Homo sapiens surgió entre 100,000 y 400,000 años atrás.
Los africanos demuestran una variación genética más alta que otras poblaciones, apoyando la idea que fueron los primeros humanos modernos.
- La pequeña cantidad de variación genética en las poblaciones humanas modernas sugiere que nuestros orígenes pueden reflejar una población fundadora de Homo sapiens relativamente pequeña. El análisis del mtADN hecho por Rogers y Harpending12 apoya la perspectiva de que una población pequeña de Homo sapiens, de entre 10,00 a 50,000 individuos, salió de África durante el período aproximado de 50,000 a 100,000 años atrás.
Los científicos han tenido éxito reciente en extraer el ADN de varios esqueletos de Neandertales.8 Después de un cuidadoso análisis, particularmente del mtADN pero también ahora de una cantidad de ADN nuclear, es aparente que el ADN de los Neandertales es muy diferente al de nosotros. Al medir el grado de diferencia entre el ADN de los Neandertales y el de los humanos modernos, los autores sugieren que estos dos linajes han estado separados por más de 400,000 años.
A pesar de estar aún en su infancia, este tipo de estudio genético apoya la perspectiva de que los Neandertales no se entrecruzaron con los Homo sapiens que migraron a Europa. Es entonces muy probable que los humanos modernos no lleven en su ADN genes de los Neandertales.
Consideraciones adicionales
La cronología en el Medio Este no apoya al Modelo de Multiregionalidad, donde los Neandertales y los humanos anatómicamente modernos traslaparon por un largo periodo de tiempo.
- Algunas cavernas en Israel, más notablemente las de Qafzed y Skhul, están fechadas a casi 100,000 atrás y contienen esqueletos de humanos anatómicamente modernos. Más aún, se conocen restos de Neandertales provenientes de sitios como la caverna de Tabun, de 110,000 años de edad, la cual precede por unos 10,000 años en la región al Homo sapiens más temprano.
Los Neandertales y humanos modernos coexistieron en algunas partes del mundo por miles de años.
- La presencia de Neandertales en otras dos cuevas en Israel, Amud y Kebara, fechadas aproximadamente a 55,000 años, significa que los Neandertales y los Homo sapiens traslaparon en la región durante por lo menos 55,000 años. Si los Homo sapiens estuvieron en esta región por unos 55,000 años antes de la desaparición de los Neandertales, entonces no hay ninguna razón para asumir que los Neandertales evolucionaron en los humanos modernos.
- La evidencia arqueológica de Europa sugiere que los Neandertales pueden haber sobrevivido en la Península Ibérica hasta quizás tan recientemente como 30,000 a 35,000 años atrás. Los humanos completamente modernos aparecieron por primera vez en Europa entre 35,000 y los 40,000 años atrás, trayendo con ellos la tradición de herramientas del Paleolítico Superior conocida como Aurignaciana. De allí, los Neandertales y los humanos completamente modernos pueden haber traslapado en Europa por un tiempo de hasta 10,000 años. De nuevo, con los humanos completamente modernos en la escena, no es necesario tener a los Neandertales evolucionando hacia los humanos modernos, lo cual le da más peso a la perspectiva de que los humanos reemplazaron a los Neandertales.
Los Neandertales probablemente no se entrecruzaron con los humanos modernos, pero tomaron prestado algunas de sus herramientas y habilidades.
- Sin embargo, la situación en el Sur de Francia no es tan clara. Aquí, en varios sitios fechados a 40,000 años aproximadamente, existe evidencia de una industria arqueológica conocida como Châtelperroniana, la cual contiene elementos de artefactos del Paleolítico Medio y Alto. Los homínidos de estos sitios son claramente Neandertales, encendiendo las especulaciones de que el Châtelperroniano es un ejemplo de los Neandertales imitando a la cultura de los humanos modernos. La falta de intermediarios anatómicos en estos sitios sugiere que si los Neandertales encontraron y tomaron prestadas ciertas tecnologías de los Homo sapiens, ellos no se hibridizaron.
- Un híbrido potencial Neandertal/sapiens de hace 24,500 años proveniente del sitio Lagar Velho, en Portugal, fue anunciado.4 Este individuo de 4 años de edad tiene un cuerpo corto y ancho como un Neandertal, pero posee un cráneo anatómicamente moderno. Existe una serie de problemas en la interpretación de este hallazgo como un híbrido Neandertal/sapiens.14 Primero que todo, como un híbrido, debería tener una mezcla de caracteres en todo el cuerpo y no simplemente poseer el cuerpo de un Neandertal y el cráneo de un humano moderno. Por ejemplo, si observamos a los híbridos entre leones y tigres, ellos no poseen la cabeza de una especie y el cuerpo de la otra, sino que exhiben una mezcla morfológica de ambas especies. Segundo, y más importante, la aceptación de este espécimen como un híbrido sugeriría que los caracteres de los Neandertales fueron retenidos por entre 6,000 a 10,000 años después de que los Neandertales se extinguieron, lo cual es muy poco probable. Esto es teóricamente improbable porque los caracteres de los Neandertales habrían sido completamente diluidos por los genes de Homo sapiens en un periodo de tiempo tan largo.
- Los proponentes del Modelo Multiregional, tales como Milford Wolpoff,16 citan evidencia de continuidad regional proveniente de Asia. Ellos ven un enlace evolucionario directo entre los antiguos Homo sapiens de Java hasta los aborígenes de Australia. Un posible problema con esta interpretación es que los cálculos de edad de los últimos sobrevivientes de Homo erectus en Indonesia sugieren que ellos vivieron allí hasta hace 50,000 años, lo cual potencialmente coincide con el tiempo de la llegada a la región de los humanos completamente modernos provenientes de África.
- La China contiene la mejor evidencia en apoyo al Modelo Multiregional. Allí se han descubierto un par de cráneos fechados a 100,000 años atrás que parecen poseer una mezcla de caracteres del clásico Homo erectus y del Homo sapiens. Es necesario tener mejores datos de fechas geológicas y especímenes más completos para poder examinar en más detalle esta posibilidad.
Conclusión
Por el momento, la mayoría de la evidencia anatómica, arqueológica y genética da credibilidad a la perspectiva de que los humanos completamente modernos son un fenómeno evolucionario relativamente reciente. La mejor explicación que tenemos hoy en día para la génesis de los humanos modernos es el Modelo Fuera de África, el cual postula un origen singular y africano para Homo sapiens. Las innovaciones culturales y neurológicas mayores que caracterizaron a la aparición de los humanos completamente modernos resultaron ser particularmente exitosas, culminando en nuestra dominancia del planeta a costa de todas las poblaciones de los homínidos anteriores.
Donald Johanson
© 2001, American Institute of Biological Sciences.
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